Esa es la expresión que mejor define el estado de cabreo en el que me encuentro. ¿Es que me tienen que tocar a mi tod@s los incompetentes del mundo? Porque no es normal que, papel que haga, curso que me matricule o cita que pida, ninguno sea capaz de cumplir con su obligación a la primera, es increible. Os voy a poner en situación:
Caso 1: Nuevo fisioterapeuta, por la cosa de que mi cuello vuelva a la normalidad.
–A ver trasto (¿cómo que trasto?) vente si quieres más tarde todos los días.
–Trasto, vamos yo, decido no comer como los pavos e ir más tarde a la clinica. Pues bien, estuve una hora y media en total, y me atendió durante 25 minutos… y el resto ahí boca a bajo cual tortuga, con la cabeza en el hueco ese de plastico que saca mofletes. Total que harta de que me vacile y de comer como los pavos durante dos semanas, he decidido no comer e irme directamente desde el curro, trayecto: pozuelo-ventas, pues el señor no sabe, no está, –te llamará-… justo, justo a la hora en la que tu, decidas pillarte el bus dirección a tu casa, ley de murphy… no falla.
Caso 2:Matrícula obligatoria, después de dos semanas currando de becaria, en un maravilloso curso de Comunicación a distancia para que no me levanten la beca en septiembre, curso que tiene que reembolsar uno de su bolsillo…
Semana 1, búsqueda desesperada de cualquier curso, carrera, master o similar convalidable. Pegándome mientras con RR.HH. y con la fantástica señorita del curso.
Semana 2, Curso encontrado y RR.HH. (sin mover un dedo) de acuerdo con ello.
Semana 3, mandó los papeles para la matricula
Semana 4, los papeles están mandados a la oficina que no era, porque la fantastica señorita segunda (peor que la anterior, si cabe) no ha sido capaz de advertirme antes de que ellas sólo trabajan en una. A todo esto hay que sumarle que todos los días que las hemos llamado (mi jefe y yo) les he dejado mi nº de telf y datos personales. Pues bien, hoy una vez más, he procedido a saber si mi matrícula ha llegado a buen puerto o sigue perdida por el más allá, la señorita fantástica número 2, me dice –dame tus datos y telf– a lo que yo contesto respirando muy hondo –te los di ayer– a lo que ella me contesta –Es que yo cuando acabo mi trabajo tiro los papeles– Decimas de segundo en las que pienso ¿habrá cien post-its pululando por ahí con mi nombre y mi número, de los cien días que la he llamado…? Haciendo de tripas corazón y con voz de siii hombre yo te lo vuelvo a dar… ahí nos hemos quedado en un -te llamo estos días- pipi, pipi.
que Dios reparta suerte, no digo más!
Total… que se le quitan a uno las ganas de papeles, cursos, médicos… por no hablar de las conversaciones telefónicas con silencios sepulcrales… que ayudan mucho por otra parte.
PD. tras haberle pasado mi corrector-particular, jejej
Tranquiiiiiiiiiiila, amiga, que la vida no es todo inmediatez!
Es verdad que hay veces que te dan ganas de hacer como en el Lemmings y suicidar a alguien pero hay que tener paciencia. El curso va a salir (por que sí) y el fisio… bueno, vas mejorando poco a poco, quédate con eso.
De conversaciones con silencios no se mucho, ya nos contarás más….
Ciaoooooooo